¿Cómo son?
Su apariencia física no difiere demasiado de la mayoría de tarjetas de expansión que se hayan visto antes. Es decir, se trata de placas planas de plástico en cuya superficie hay una serie de microcircuitos integrados.
Una salida de audio (color verde) donde se conectarán unos auriculares o unos altavoces externos.
Una entrada de audio (color rosa) donde se conectará el micrófono.
Una entrada analógica (color azul) para cualquier dispositivo del tipo caseteras o tocadiscos.
Un puerto paralelo MIDI que permite conectar instrumentos para manejarlos desde el ordenador, o bien para grabar los sonidos producidos con estos.
La tarjeta tiene, además, una conexión por su extremo interno del tipo PCI, que conecta con el disco duro del ordenador de modo que pueda almacenar los sonidos grabados en éste.
Esto es en esencia una tarjeta de sonido interna. Las tarjetas externas actuales se intengran en el ordenador por la ranura PCMCIA o bien aprovechando los puertos USB. En este caso van provistas de una carcasa que proteje los circuitos y, lógicamente, embellece el dispositivo, aunque también deben presentar los puertos para las entradas y las salidas de audio.
Lo que hay que saber de una tarjeta de sonido
Los bits y las voces
Muchas veces en el nombre de marca de una tarjeta de sonido aparece un número (32, 64, 128, 256, etc...) que los usuarios tienen a confundir con la capacidad de procesado de información por parte de la tarjeta. Como ya se ha dicho, la tarjeta por lo general no guardael sonido, sino que lo interpreta desde donde esté almacenado. Para ello tiene que gestionar la información que le llega en paquetes de código binario
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